Las plantillas ((EEEP) elemento de estimulación extero-propioceptiva postural, se encuentran revestidas en cuero natural a fin de lograr confort e higiene, son delgadas a fin de permitir que no se deba cambiar de número de calzado al utilizarlas.
En caso de que el número o tamaño no coincida perfectamente con el del calzado, se puede dibujar en cartulina la plantilla, y a ésta darle forma con una tijera. Al obtener la forma adecuada, apoyar esta sobre la plantilla y recortar.
Presentan una vida útil de 10 meses a un año de acuerdo al uso, intensivo o no que se les de.
Estimulación extero/propioceptiva
lunes, 26 de septiembre de 2011
martes, 20 de septiembre de 2011

Las plantillas posturales de tipo exteroceptivas se caracterizan por producir pequeños estímulos de presión en la planta del pie, al actuar de forma precisa sobre los baropresores dérmicos, que son seleccionados y predeterminados sobre zonas somatotópicas sistematizadas concretamente en su superficie. Con su acción y gracias a reflejos posturales condicionan cambios posicionales globales sobre el eje vertical corporal y consecutivamente sobre el plano transverso y horizontal.
El cambio se produce en permanencia mientras dura el estímulo y si éste se prolonga en el tiempo, la tendencia es a reprogramar el esquema corporal, integrando los nuevos cambios y colaborando de forma clara a mejorar o solucionar diversas patologías posturales y sus aspectos álgico-inflamatorios ligados al componente mecánico de las mismas.
El paciente se beneficiará del mínimo espacio ocupado por la plantilla postural y la excelente relación continente-contenido y eficacia.
No hay que olvidar, que el objetivo, no es tanto modificar la posición del pie como dar una información que modifique la postura y esta actúe también sobre el pie, por lo tanto no estamos hablando del tratamiento de deformidades estructurales podológicas.
Con la aplicación de plantillas posturales exteroceptivas, se tratan los desequilibrios de tipo causativo podal y las adaptaciones de la postura global que se reflejan en el pie, en todo caso colaboran eficazmente en los tratamientos multidisciplinares, que con frecuencia la alteración postural suele requerir.
El conocimiento de los diferentes factores que participan en el equilibrio o desequilibrio postural, ayuda a entender las manisfestaciones clínicas de las diferentes tipologías personales y sus variadas expresiones.
El pie es el resultado perfecto de nuestra evolución hacia la verticalidad. Nos pone en relación con el mundo exterior y nos informa de nuestra adaptación al entorno. Es en este sentido un exocaptor del sistema postural fino, junto con el ojo y el oído interno. La sensibilidad cutánea podal es muy fina, los exocaptores son las células de Paccini y de Golgi situadas en la hipodermis que permiten detectar variaciones de presión a partir de 300 mg para el pulpejo de los dedos gruesos y abundan en la planta de los pies.
La estimulación de los baroreceptores podales provoca un reflejo que aumenta el tono de los músculos antigravitatorios.
Ejerce un papel de endocaptor del sistema postural, los propioceptores podales informan sobre la posición respectiva de los diferentes segmentos articulares del pie y de la pierna. Son de tres tipos :
- Los corpúsculos de Ruffini y de Paccini, capsulares y ligamentosos, informan sobre la angulación, la rapidez y la dirección del movimiento articular. Permiten captar las oscilaciones a partir de 8 segundos de ángulo.
- Los husos neuromusculares (HNM) estimulan la actividad muscular gracias al reflejo miotático. Poseen un débil umbral de estiramiento de 1 a 2 gr.
- Los órganos tendinosos de Golgi (OTG) tienen un umbral de estiramiento de 100 a 200 gr.
Su doble rol de informador del sistema postural fino y de punto fijo de los movimientos oscilatorios de equilibración hacen del pie la base de la equilibración ortostática.
De tales hechos podemos deducir que unas débiles estimulaciones podales permiten modificar y regular la postura de un individuo gracias a sus cadenas musculares (Struyf-Denys) que, en ortostatismo, son de entrada podal.
Estos pequeños relieves o plantillas de postura permiten volver a centrar el pie del paciente en relación consigo mismo y en relación con su entorno.
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